Fundación Casa de México en España presenta su Ciclo de Cine para el Verano de 2024. Pasar Página: adaptaciones literarias al cine
La relación entre el cine hispanoamericano y la literatura en español es tan longeva como la pantalla misma. Heredera de una larga tradición de textos que saltaron con naturalidad al teatro o la zarzuela, los primeros años de producción cinematográfica encontraron en las bibliotecas de clásicos un filón de historias y personajes nacidos para ser filmados. El cinematógrafo iniciaba apenas su segunda década de vida cuando se estrenaba Don Juan de Serrallonga (1910) a partir de la novela de aventuras, capa y espada del catalán Victor Balaguer.
Como cabe esperar, la llegada del sonido sincrónico al cine impulsó una relación más profunda entre la literatura y las películas -ahora habladas- en español: en México, el cine sonoro debutó con Santa (1931), la adaptación de Antonio Moreno a partir de la novela de Federico Gamboa, un reputado best seller de sus días.
Un siglo después, el español es hablado por casi 600 millones de personas que lo convierten en uno de los mercados editoriales y fílmicos más dinámicos, creativos y amplios del planeta, incrementando de forma exponencial entre lo literario y lo cinematográfico. Pasa la página captura una instantánea de diez adaptaciones literarias en los cines mexicano y español de la década reciente: un paisaje de diversidad.
De Villalobos a José Agustín: viajes con paisaje mexicano
En la narrativa del México contemporáneo, el territorio literario del jalisciense Juan Pablo Villalobos (1973) es una rara avis de barroco humorístico y sátiras sin piedad cuyo lenguaje, mezcla de oralidad sin ley y prosodia de alto calibre, parecería intraducible a la gran pantalla. A contracorriente de esta impresión, dos cineastas de talento probado tomaron el reto y salieron airosos: En Fiesta en la madriguera (2024) de Manolo Caro, la primera y aclamada novela de Villalobos brota como un circo tragicómico, a medio paso entre Fellini y Amat Escalante, en el cual un niño descubre la pubertad entre otros misterios, como la literatura o el oficio de su padre, un sanguinario capo de la droga. La ganadora del Premio Herralde No voy a pedirle a nadie que me crea (2023) es otra carnavalesca incursión de Villalobos en la figura del pícaro, en esta ocasión un estudiante mexicano en Barcelona cuya vocación literaria termina enredándolo en una red de crimen organizado tan sombría como ridícula. Su adaptación, a cargo de Fernando Frías de la Parra, acentúa el humor negro y los trucos narrativos del texto, con la adición de un potente elenco hispano-mexicano.
Las elegidas (2014) es un caso atípico de complicidad entre lenguajes. La cinta dirigida por David Pablos, estrenada en competencia del 68º Festival de Cannes, fue escrita y filmada en sincronía con la novela en verso, homónima, de Jorge Volpi ( 2015), narrador referencial del México de entre siglos y ganador de premios como el Alfaguara (2018) o Biblioteca Breve (1999): a contrapelo de una adaptación tradicional, cine y letras se retroalimentan y dialogan para erigir dos versiones del mismo relato: una tragedia profunda de explotación y rapto en los desiertos del norte mexicano. Con Me estás matando Susana, dirigida por Roberto Sneider y protagonizada por Gael García Bernal a partir de la novela clásica de José Agustín, Ciudades desiertas (1982), rendimos tributo al mítico escritor mexicano fallecido a inicios de año.
Mujer contra mujer: directoras frente a escritoras
Toda labor de adaptación encierra una artesanía y un diálogo entre tiempos, distancias y lenguajes creativos, pero en el caso de una escritora frente a una cineasta -o viceversa- la complicidad puede ahondarse y multiplicas sus matices, tanto más si los personajes de ficción comparten la identidad, el género y mundo interno de sus creadoras. En Dante y soledad (2023), la directora y actriz regiomontana Alexandra de la Mora adapta ‘El matrimonio de los peces rojos’ de Guadalupe Nettel (Premio Ribera del Duero 2013 por el libro homónimo) dibuja a un matrimonio -los peces betta del título- cuya relación se cuartea durante el proceso de esperar a su primer hijo. En Temporada de huracanes (2023) de Elisa Miller, a partir de la celebrada novela de Fernanda Melchor, viajamos a un inhóspito poblado rural, tropical y trágico en el estado de Veracruz. Ahí, una comunidad cercada por la violencia y el machismo engulle la vida de un grupo de jóvenes y una mujer transexual, ‘La bruja’, sobre quien pesa una leyenda negra. En un ambiente también rural y hostil, pero riojano, se desarrolla Un amor (2023), adaptación de Isabel Coixet a la aclamada novela de Sara Mesa en torno a una mujer joven quien, en busca de libertad interior, debe enfrentar el recelo de una comunidad.
Pantallas de papel: Tres recorridos por España
La diversidad de la narrativa española ha sido, durante décadas, protagonista de las pantallas y libreros por igual. En El maestro que prometió el mar (2023) basada en la novela del periodista catalán Francesc Escribano, la cineasta Patricia Font desentierra la memoria de Antoni Benaiges, un innovador docente cuya labor pedagógica fue coartada con su asesinato a manos de falangistas en 1936; en Que nadie duerma (2023) de Antonio Méndez Esparza, el universo de Juan José Millás toma una vertiente noctámbula con rostro femenino -el de Malena Alterio y Aitana Sánchez Gijón- en un torbellino madrileño a bordo de un taxi que, aunque recuerda al Scorsese de After Hours o Taxi Driver, no se parece a nada más que al interior de su impredecible protagonista; finalmente, en otra variante de locura también sobre ruedas a alta velocidad., Ventajas de viajar en tren (2019) convierte la novela de Antonio Orejudo en una caja china de comedia negra y actuaciones de alto calibre -Luis Tosar, Pilar Castro, Ernesto Alterio- dirigidas por Aritz Moreno y nominadas a un aluvión de premios Goya, Platino, Forqué y Feroz.