Por: Víctor Maldonado, Socio fundador de VMEO Tax & Business Advisory.
Ponente del Conversatorio: «Presente y futuro del criptoarte«
El 11 de marzo de 2021, la casa de subastas Christies llevó a cabo la venta del NFT de la obra digital de criptoarte “EVERYDAYS, THE FIRST 5000 DAYS” de Beeple (Mike Winkelmann) por alrededor de $69 millones de dólares americanos.
Winkelmann comenzó siendo un diseñador web y creando video loops para Disc Jokeys (DJ’s). En 2007, Winkelmann tuvo una brillante idea inspirada por el artista Tom Judd: hacer una obra a diario y mejorar gradualmente desde cero. Así nació “EVERYDAYS, THE FIRST 5000 DAYS”, la cual se realizó de manera diaria durante más de 13 años y medio.
Beeple ha pasado de ser un diseñador web a ser un artista digital y trabajar en colaboraciones con marcas como Nike, Louis Vuitton, Apple, Space X, Super Bowls, entre muchas otras.
¿Cómo se relacionan el arte digital y la blockchain, incluyendo los NFTs?
El arte digital tiene muchas décadas de existir, solamente que, gracias a la blockchain, es la primera vez que podemos asegurarnos que la obra que estamos adquiriendo es única o forma parte de una serie limitada de obras de un artista en particular.
Luego de haber estudiado el tema a profundidad y haber leído terminología muy técnica, puedo afirmar que la blockchain no es más que una base de datos guardada en bloques que son encriptados y, por lo tanto, abrirlos para cambiar los datos ahí contenidos es prácticamente imposible desde un punto de vista técnico, además de que no existen incentivos para hacerlo.
Esto nos brinda seguridad ya que, previo a la compra, puedes verificar de manera sencilla, sin ser experto en arte o curador, que lo que estás adquiriendo es único. La propia blockchain nos garantiza que no haya dos tokens iguales o, si se trata de una serie limitada, que no haya más tokens de los programados, creando escasez de la obra y eliminando el mercado negro que tanto daño ha hecho a los artistas y a la comunidad en general.
Y de ahí su nombre “Non-fungible tokens” o tokens no fungibles, al no ser tokens genéricos o sustituibles por otros de la misma especie y naturaleza (a diferencia de un token fungible como lo son Ethereum o Bitcoin).
Y sin pronunciarme respecto de si es mejor adquirir una obra física o una obra digital, lo que es cierto es que en el mundo de las obras digitales se le abrirá la oportunidad de miles de artistas que al día de hoy son invisibles para los ojos de los grandes coleccionistas por muchas razones y motivos, empezando por la eliminación de las fronteras, de la necesidad de ir a la feria de un país lejano para tener acceso a un público o mercado de ese país o región, con las complicaciones que ello tiene (asuntos legales de exportación, importación temporal, costos en el traslado de obras, entre muchos otros aspectos).
Que emocionante será ver qué nuevas aplicaciones y beneficios le traerán a la comunidad de artistas este nuevo concepto.
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