El difuntito Dimas es uno de los cuadros más impresionantes de Frida. En él recoge la antigua costumbre mexicana de ataviar a los difuntos con túnicas, que en su hechura y color recuerdan la indumentaria de algunos santos o vírgenes. En especial se vestía así a los niños, por considerarlos “angelitos” libres de cualquier pecado. Dimas era hijo de un sirviente de la casa de Frida, con quien ella se había encariñado. La ropa que viste Dimas corresponde a la de san José; lleva en sus manos una gladiola, su cabeza reposa sobre una almohada decorada con encaje y, sobre ésta, una estampa del Cristo de la columna. El cuerpo de Dimas yace colocado en el suelo, sobre un petate cubierto de flores, como el cempoalxóchitl, la flor de los muertos.
The Deceased Little Dimas is one of Frida’s most remarkable paintings. It draws on the ancient Mexican custom of attiring the dead in tunics that, by their color and workmanship, recall the garments of saints and holy virgins. It was especially common to attire deceased children in this way, for they were considered “little angels” free of sin. Dimas was the son of a servant in Frida’s household, of whom she was especially fond.
The attire worn by Dimas corresponds to that of St. Joseph. He holds a gladiola in his hand and his head rests on a lace-embroidered pillow, on which rests a religious card of Christ at the column. The boy’s body lays on a palm leaf mat on the floor, surrounded by flowers that include the Mexican marigold known as the cempoalxóchitl, the flower of the dead.
Material documental propiedad del Museo Dolores Olmedo, realizado por Josefina García.