EXPOSICIÓN
Un umbral para la primavera
Desde siempre, la llegada de la primavera ha sido celebrada en distintas culturas a través de diversos rituales y objetos. El comienzo de la temporada presagia buen tiempo, esperanza y renovación.
Fundación Casa de México en España, en colaboración con el Festival de Flores y Jardines (FYJA) de México, festeja el comienzo de esta primavera con una tradicional portada floral, creada por el maestro Mario Arturo Aguilar que junto con su equipo han viajado hasta Madrid para elaborar la portada de fachada que estará en la Fundación Casa de México en España desde el 21 de marzo hasta el 28 de marzo.
La intervención Un umbral para la primavera consiste en una portada realizada exclusivamente con flores naturales como se hacía antiguamente, respetando la vida limitada de la flor y haciendo eco al ciclo de la vida. Para ello se utilizan 45 mil flores naturales procedentes de España y Holanda (crisantemos y claveles), se dedica 15 días de trabajo para construir el armazón y 3 días para enflorar, los arcos se realizan de forma completamente artesanal. El portal reproduce las formas de los tenangos, bordados de colores originarios del estado de Hidalgo.
Las portadas florales son utilizadas en México como metáfora de bienvenida: umbrales del porvenir que simbolizan el comienzo de un nuevo ciclo que implica transformación, deseo y buenas intenciones.
Los tenangos plagados de imágenes de flores y seres fantásticos son un bordado en textil que representa a la primavera, a través de la exuberancia de sus formas, sus múltiples expresiones lúdicas y la energía del color. Realizados ahora con flores, en lugar de hilos, han resultado en una explosión de vitalidad. A la vez, esta intervención a la fachada de la Fundación Casa de México en España reconoce la rica tradición de estos bordados y su constante evolución. La palabra Tenango hace referencia a un tipo de bordado que se realiza en un municipio del mismo nombre en el Estado central de Hidalgo. Tenango de Doria -o Tenango como se le conoce popularmente- y otros pueblos aledaños como San Nicolás, concentran una población de origen otomí que entre sus actividades está la realización de estos textiles bordados con vivos colores y una abigarrada profusión de motivos animales y vegetales. Aunque los otomí -o hñähñu, como ellos se identifican- se caracterizan por realizar objetos artesanos variados como molcajetes, sillas de tule o ayates de fibra de maguey entre otros, son estos textiles que realizan desde los años sesenta, los que les ha dado fama internacional.
Maestro Mario Arturo Aguilar Gutiérrez creció en el Barrio de la Asunción en Iztacalco, en la Ciudad de México. Ha dedicado su vida al arte floral y a la creación de portadas florales en México y otras partes del mundo. Comenzó muy joven gracias a su abuelo, Anastasio Aguilar, quien trabajaba en un mercado de flores y realizaba portadas. El maestro Mario Arturo es la tercera generación. Su abuelo, su padre y ahora él, con su hermano, tíos, primos, sobrinos y amigos de su barrio, se han dedicado a diseñar y ensamblar portadas para decorar las entradas de las iglesias en fiestas patronales y para la celebración del día de muertos en panteones y edificios públicos como en el Zócalo de la Ciudad de México. Las dimensiones y el colorido de sus instalaciones le han conferido reconocimiento nacional e internacional. En 2016, viajó a Suiza para realizar un tapete de flores en la galería Kunst Halle Sankt Gallen, en homenaje al arquitecto mexicano Luis Barragán. También ha trabajado en Lyon, Francia y en Ekaterinburgo, Rusia. Con su trabajo promueve la importancia de la tradición de las portadas en la cultura mexicana.
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