Josefa Ortiz de Domínguez
(México, 1768 – México, 1829)
Desempeñó un papel de transcendental importancia en los albores de la independencia de México. Su encuentro con el cura Miguel Hidalgo y Costilla, así como con el capitán Ignacio Allende, marcó un momento crítico. Fue ella quien informó a estos líderes acerca del desarrollo de la conspiración en Querétaro. Ante el descubrimiento de la ubicación de las armas destinadas para la sublevación de octubre, Josefa logró adelantar la proclamación de la independencia al mes de septiembre; un giro trascendental en la historia de México.
Esta valiente mujer es considerada como una heroína nacional, merecedora del título de Benemérita de la Patria y reconocida como una fundadora de la nación. Su memoria prevalece en inscripciones de letras doradas en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro, así como en el Monumento a la Independencia, junto a otras heroínas insurgentes. Su imagen, reflejada en billetes y monedas a lo largo del tiempo, testimonia su perdurable influencia en el espíritu y la identidad de México.