La palabra Tenango hace referencia a un tipo de bordado que se realiza en un municipio del mismo nombre en el Estado de Hidalgo, ubicado en la región central de México. Tenango de Doria (o Tenango como se le conoce popularmente) y otros pueblos aledaños como San Nicolás, concentran una población de origen otomí que, entre sus actividades económicas, cuenta con la realización de estos textiles bordados con vivos colores y una abigarrada profusión de motivos animales, vegetales y en algunos casos, de personajes de la comunidad.
Aunque los otomíes (hñähñu, hñäme, hñühú, o como ellos se identifican dependiendo de la región en la que se ubican) se caracterizan por realizar múltiples objetos artesanales como molcajetes, sillas de tule, ayates de fibra de maguey y textiles tejidos en telar de cintura entre muchas otras tradiciones artesanales, son los “tenangos”, que realizan desde los años sesenta, los que les ha dado fama internacional.
El origen de este tipo de bordados tiene nombre y apellido. Josefina José Tavera (fallecida en 2020), natural de San Nicolás comenzó, por necesidad, realizando este tipo de bordados sobre manta y rapidamente sus vecinas copiaron los motivos y colores estableciendo el nombre Tenango para sus artesanías. El proceso de realización de estos bordados se ha diversificado y en nuestros días existen dibujantes que trazan los motivos sobre la tela, lo que ha variado y enriquecido los diseños.
En la actualidad el estilo de los tenangos se encuentra no sólo en manteles, servilletas y ropa, También se le halla en multitud de objetos y mercancías e igualmente se ha mezclado con otras tradiciones, como es el caso de la creación de lienzos de papel amate con tenangos adheridos, que son muy vendidos para enmarcarse y usarse como cuadros.
La cercanía de los poblados de Tenango de Doria y San Nicolás con el vecino estado de Puebla y sobre todo San Pablito – Pahuatlán, cuna del papel amate, ha provocado la renovación de ambas tradiciones, logrando un gran éxito comercial.